¡VICTORIA POPULAR!
Redacción Central / EL LIBERTADOR
En entrevista exclusiva, el ex Presidente y coordinador general del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), José Manuel Zelaya Rosales, compartió su experiencia en el exilio. El retorno de Zelaya al país, a fines de mayo pasado, después de 23 meses en exilio y el reintegro del Gobierno de Honduras en el seno de la OEA cinco días después, el 1 junio, confirman que el pueblo hondureño derrotó de manera irreductible el golpe de Estado ejecutado por la oligarquía palestina-criolla.
También lea la carta que envía el Nobel de la Paz argentino, Adolfo Pérez Esquivel, al mandatario estadounidense, Barack Obama, donde entre otros temas, lo reprende por incitar guerras. Obama recibió el Nobel de la Paz.
“Jorge Canahuati Larach, obstáculo para la paz”: Así lo ha dicho el embajador de EstadosUnidos, Hugo Llorens, al Departamento de Estado, según cables publicados por WikiLeaks. Canahuati es el dueño de los diarios La Prensa y El Heraldo.
Editorial versión impresa, junio de 2011
VICTORIA POPULAR
la tarde del sábado 28 de mayo de 2011, el pueblo hondureño derrotó de manera irrevocable, después de 23 meses de rebeldía, el golpe de Estado ideológico-militar articulado por la oligarquía palestina. Así lo registra ya la historia, al tenor de lo que emita cualquier micrófono o teclas hipotecadas que, para condena propia, son demencias deseables utilizadas a diario para gritar estupideces en contra corriente del bien común e interés nacional.
Fueron 700 noches de lucha popular valiente que envió a la basura para siempre la falsa premisa de que en el país los escándalos duraban sólo tres días. Artimaña fabricada como parte de una estrategia mediática de las familias en el poder para denigrar el temperamento patriota del hondureño.
Mientras sus órganos de divulgación no han parado un segundo en décadas el plan de sometimiento de la voluntad ciudadana, se fortaleció la lógica de sustracción de las diversas formas de riqueza de Honduras y la abundancia de comodidades materiales que proporciona. Eso, impide a esas familias y a sus seudoanalistas aceptar que nada prevalece. Nada, porque todo fenómeno social, político o el que sea está sujeto a potencias de cambio naturales y permanentes. Esa visión estática y muy conveniente de la vida cavará la tumba de la oligarquía. En principio, no devolverá el poder sin plantear guerra en todos los campos, aun cuando el país es propiedad privada del pueblo hondureño.
Está convencida que la respalda el poderío económico y fuerte control político y piensa que eso sobra y basta para seguir utilizando a la Policía y el Ejército. El servilismo de éstos no admite duda, está demostrado con el golpe de Estado, la represión sanguinaria que desataron durante la dictadura y la obediencia ciega antipopular en los últimos dos años.
¡Qué insignificancia intelectual, tan lastimera y crónica! Esa pobreza, la llevó a cometer el golpe de Estado y, sépalo compatriota, siguen creyendo que era necesario botar al Presidente Zelaya porque estaba en peligro el “status quo” (orden establecido en una sociedad) que han creado para adueñarse de los bienes nacionales y llevar una existencia de “jeques” que en sus países de origen nunca habrían alcanzado, al contrario, sus antepasados narran que eran tratados como perros por la fuerza invasoras de Turquía. Esa es la causa por la que muchas familias árabes vinieron a Honduras, sobre todo, palestinas. Muchas de ellas valiosas y agradecidas, pero un grupito de árabes nació perverso hasta mutar a oligarquía golpista, enemiga confesa del bienestar de la mayoría de compatriotas. Ese grupito se volvió muy nocivo, apropiándose del territorio que brindó protección a sus antepasados cuando huían de la miseria y de la muerte en el desierto. Han llegado a conductas impensables de amoralidad ¡increíble! de vendernos a los hondureños nuestra propia tierra al precio de su capricho. Asaltaron Honduras y han formado ejércitos no convencionales para mantener el poder y la riqueza y ahora matan a quien pone en riesgo “el bienestar de sus familias”, ¡por favor!, pandilla, aquí no ha nacido la razón, pero ya se sembró la conciencia de construir nuestra República y lo que ello implica. CORTESIA EL LIBERTADOR
