A dos años del FNRP y sus desafíos

martes, 21 de junio de 2011

A dos años del FNRP y sus desafíos

Ollantay Itzamná

*El golpe político militar perpetrado el 28 de junio de 2009 visibilizó la
resistencia dormida del subyugado pueblo hondureño. Multitudes de gente, se
volcaron a las calles de manera espontánea y simultanea y se mantuvieron en
movilización permanente por varios meses, desafiantes a la represión
militar. *
Pero, como las multitudes no podían permanecer indefinidamente en las
calles, éstas se organizaron bajo una estructura básica, y volvieron a sus
aldeas, municipios y departamentos, para desde allí seguir en resistencia.
Así nació el movimiento del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) en
el que actualmente se aglutinan más de medio centenar de organizaciones
campesinas, obreras, políticas, indígenas, juveniles, femeninas, lésbicas,
gremiales, artísticas, etc., unidas por el sueño de la refundación de
Honduras mediante un proceso constituyente.
A dos años del nacimiento de este inédito movimiento social, es necesario
realizar un análisis general aproximativo considerando sus logros y
oportunidades. Es importante indicar que el Frente es un movimiento
megadiverso tanto a nivel cultural, conciencia política, aspiraciones, etc.
*¿Qué motivó el surgimiento de este movimiento?*
Ante esta pregunta, la respuesta inmediata es: "El golpe de Estado activó la
resistencia dormida del pueblo hondureño". Pero, ¿es del todo cierta esta
afirmación? No. La historia hondureña está empedrada de infinidad de lápidas
de golpes de Estado que jamás activaron la rebeldía popular como el último
golpe.
Y es más. Las grandes mayorías que se volcaron a las calles por la expulsión
de Manuel Zelaya, el 28 de junio del 2009, sobrevivieron y sobreviven, por
cerca de dos siglos, sin Estado. En el mejor de los casos, del Estado sólo
conocen su carácter represor.
¿Qué defendían las multitudes en las calles después del 28 de junio del
2009, la restitución del Estado de Derecho o a Manuel Zelaya? Si para las
grandes mayorías en Honduras el Estado aún es desconocido, ¿se podría
argumentar la existencia de un golpe de Estado en el imaginario colectivo de
las y los excluidos?
Las grandes mayorías se movilizaron en Honduras en defensa del discurso y de
los derechos conculcados de Manuel Zelaya Rosales. Mas no así en defensa de
la restauración del ilusorio Estado de Derecho, o de la democracia de los
patrones ricos. Zelaya, con su mística, encarnaba para las y los ninguneados
la realización de los sueños postergados, incluso en contra de la legalidad
institucional.
En otras palabras, el movimiento de la resistencia popular surgió más en
gratitud a Zelaya y en defensa de las esperanzas truncadas. Existe un
porcentaje, dentro del Frente, que apuesta por procesos de transformaciones
estructurales, incluso sin Zelaya. Pero, una gran mayoría sigue ciegamente a
Zelaya, dispuesta incluso a "ir al infierno si Mel tomara esta
determinación".
*¿Y la demanda central?*
Los sueños de transformaciones que encarnaba Zelaya, antes de su expulsión
de la presidencia, se materializaban en la demanda de una Asamblea
Constituyente para la refundación del país. Pero no todos las y los
seguidores de Zelaya tenían la capacidad para comprender la naturaleza y las
implicancias de un proceso constituyente refundacional. Por eso, en estos
casi dos años del FNRP y del exilio de Zelaya, la dirigencia nacional
prácticamente no hizo nada para impulsar el proceso constituyente. A nivel
de la dirigencia nacional, la demanda de la Asamblea Constituyente continúa
como hace dos años atrás: sólo como una consigna, sin propuestas de fondo,
ni de forma.
A tal grado llega la ignorancia sobre el proceso constituyente en la
dirigencia nacional del FNRP que en el camino terminaron confundiendo la
demanda principal del movimiento con cuestiones secundarias. Por momentos se
habló de la Asamblea Constituyente como la demanda aglutinadora del Frente,
luego fue el retorno al país del líder nacional Manuel Zelaya, luego, la
toma del poder. La confusión llegó a tal grado en la dirigencia nacional que
terminaron, por momentos, "estigmatizando" a las organizaciones
refundacionales dentro del mismo FNRP.
Algunos dirán, ¿acaso estas tres demandas no se complementan entre sí? Por
supuesto que sí. Pero la demanda de la toma del poder, obviando el objetivo
de la refundación del país, suena más a una oportunista venganza política
partidocrática. Así como la demanda del retorno de Manuel Zelaya Rosales,
silenciando la Constituyente para la refundación, no es más que la
reiteración del caudillismo históricamente lacerante en Honduras.
Ahora que Zelaya volvió al país, la Asamblea Constituyente para la
refundación del país es prácticamente inexistente en el discurso del líder
nacional de la resistencia popular. Manuel Zelaya está más centrado en
posicionar la figura política de su esposa como la Presidenta de Honduras
para el 2013.
*¿Hubo logros en el FNRP?*
El principal logro de esta organización es la permanencia por dos años como
un movimiento social en resistencia frente al régimen anterior y al actual.
No logró revertir el régimen del terror instaurado, pero se constituyó en la
principal fuerza opositora a nivel nacional.
Otro logro es la constitución de espacios y colectivos de resistencia
permanente en algunas aldeas, municipios y departamentos del país. Estos
espacios se constituyen en núcleos de formación política e información
permanente para la creciente conciencia de insubordinación política en el
país. Estos núcleos surgen y se mantienen de manera espontanea e
independiente de la dirigencia nacional.
Algunos colectivos están construyendo propuestas para la Asamblea
Constituyente, tanto a nivel local (Santa Rosa de Copán), como departamental
(Lempira) y sectorial (caso de los pueblos indígenas). Pero, al igual que en
el anterior punto, la dirigencia nacional del frente no impulsa, ni se
involucra en estos esfuerzos.
Otro logro, no menos importante, es la acumulación de más de millón
trescientas mil firmas de adherentes demandando la Asamblea Constituyente en
el país. Pero este logro fue opacado porque la dirigencia nacional no tuvo
la capacidad de gestionar esta acumulación de voluntades para impulsar el
proceso constituyente con creatividad.
El retorno a Honduras del coordinador general del FNRP no necesariamente fue
un logro del movimiento, puesto que la resistencia no participó en las
negociaciones, mucho menos en la firma del acuerdo de Cartagena de Indias
que terminó reconociendo al régimen actual (que la resistencia se negaba en
reconocer como gobierno) y legitimando/legalizando la impunidad de la
violación de los derechos humanos en Honduras.
*¿Cuáles son las dificultades en el FNRP?*
Euforia multitudinaria seguida de una indiferencia cultural. La
perseverancia no necesariamente es la virtud compartida por toda la
resistencia, tanto para organizarse, formarse y movilizarse. Los ímpetus
esporádicos multitudinarios casi siempre terminan siendo consumidos por la
cultura arraigada de la resignación y la indiferencia. Son todavía muy pocos
las y los que asumen compromisos voluntarios y permanentes en la tarea por
la refundación. El Frente es aún una multitud esporádica y emotiva, más que
un movimiento articulado, formado y militante por una causa trascendental.
Caudillismo galopante en una sociedad providencialista. La actitud de la
euforia y de la resignación colectiva inevitablemente termina engendrando
caudillos mesiánicos en el imaginario colectivo. Zelaya es caudillo no
porque él quiere, sino porque la multitud, con actitud providencialista
busca un mesías redentor en él. Esto explica el porqué la propuesta de la
Asamblea Constituyente (sugerido por Zelaya) no ha germinado lo suficiente
en el imaginario colectivo de la resistencia, pero el añorado retorno de
Zelaya sí mueve apoteósicas masas humanas.
Pobreza intelectual y rescatismo ideológico. Mientras el resto de los
actuales movimientos sociales de la región aspiran por cambiar el
sistema-mundo-occidental, el FNRP aún sueña con las ilusorias promesas de la
modernidad. La dirigencia se encuentra atrapada en la dinámica de la lucha
de clases (etnocéntrica, patriarcal y androcéntrica). La actitud asamblearia
y comunitaria (emergente a nivel local), prácticamente es anulada por la
imposición vertical de la representación individual y jerárquica a nivel
nacional.
Esta pobreza intelectual en la dirigencia se refleja en la "novedosa"
propuesta ideológica (del siglo XIX) de "liberal socialista" que plantea
Manuel Zelaya para el FNRP. Estas involuciones ideológicas no solo expresan
incoherencias teóricas, sino manifiestan las serias dificultades
intelectuales del movimiento.
Oportunismo político y ausencia de una visión integral de país. Por la
ausencia de mecanismos de control social y depuración dirigencial en el
movimiento, varios espacios de las estructuras del FNRP han sido copados por
deteriorados dirigentes del pasado siglo. Situación que no sólo niega el
necesario relevo género-generacional del liderazgo, sino que sacrifica la
emergencia de una nueva visión integral y actualizada del país. Dinosaurios
políticos fracasados se cuelan en el FNRP, con el argumento de la tolerancia
política.
La bipartidocracia y la ignorancia histórica. En Honduras, la adhesión a uno
de los dos partidos políticos (Liberal y Nacional) fue y es cultural, mas no
político. El hijo o el nieto son liberales porque el padre y el abuelo
fueron o son liberales. Pero la historia muestra que uno de los principales
instrumentos de dominación y saqueo del país fue la dinámica del
bipartidismo.
Así, por ejemplo, el mayor logro ideológico-político del partido Liberal fue
convertir a Honduras en República Bananera y porta tropas de los EEUU para
agredir a los países vecinos. A pesar de esta nefasta historia del
bipartidismo, muchos hondureños en resistencia se resisten a renunciar al
color político tradicional, comenzando por Manuel Zelaya que se obstina como
liberal en resistencia.
*Desafíos y oportunidades del FNRP*
Construir una ideología para la refundación. La demanda del retorno de
Zelaya a Honduras y la Asamblea Constituyente, en buena medida, fueron
elementos aglutinadores para las diferentes organizaciones y personas en el
FNRP. Ahora, con Manuel Zelaya como liberal pro socialista en Honduras, y
ante el silencio de la dirigencia sobre la demanda de la Asamblea
Constituyente, el Frente podría fragmentarse, quedando sólo en su seno las
organizaciones políticas con aspiraciones electorales para el 2013.
Frente a esta amenaza real, y ante el tedio de la resistencia popular, es
urgente la construcción de una nueva ideología política para la refundación
del país, en base a las necesidades y aspiraciones cotidianas y
trascendentales de la población excluida. Aspiraciones como: la
descolonización, la soberanía, la dignidad nacional, la interculturalidad,
la dimensión tierra, etc. son esenciales en la nueva apuesta ideológica para
la refundación de Honduras. Urge impulsar el proceso constituyente
participativo como la demanda aglutinadora del pueblo hondureño en
resistencia.
Reorientar la lógica centralista de la dirigencia. Existe malestar en los
colectivos del interior del país por las definiciones verticales desde
Tegucigalpa. Los colectivos y organizaciones que impulsan la constituyente
aspiran por una refundación verdadera, comenzando desde las mismas
estructuras del Frente. En este sentido, demandan una dirigencia que los
guíe obedeciendo a las asambleas directas. La resistencia popular organizada
ya no está más dispuesta a subordinarse a las determinaciones verticales,
porque "estos tiempos ya no son más de dirigentes, sino de portavoces
obedientes a las asambleas", afirman en el interior del país.
Convertir la mayoría demográfica del FNRP en una mayoría política. Nunca
antes en la historia reciente de Honduras, un movimiento social aglutinó a
ingentes multitudes como el FNRP. Tampoco existen registros inmediatos de un
carismático dirigente con la capacidad de convocatoria que tiene Manuel
Zelaya Rosales. Esta mayoría demográfica sin precedentes, tiene que ser
convertida en una hegemónica mayoría política apabullante para emprender la
refundación de Honduras, de abajo hacia arriba, con la participación
decisiva de todas y todos. Para ello es imprescindible constituir un
instrumento político (subordinado al movimiento social del FNRP), con una
metodología asamblearia y con control social, para impulsar la Asamblea
Constituyente.
Derrotar intelectual y políticamente a la oligarquía. La gran fortaleza del
movimiento del FNRP no es sólo su mayoría demográfica, sino, ante todo, el
agotamiento (fracaso) intelectual y moral de la oligarquía hondureña, y la
legitimidad del Frente para plantear inéditas transformaciones estructurales
mediante la Asamblea Constituyente.
Las élites que desgobiernan el Estado fallido de Honduras no tienen nada
nuevo que proponerle al país. ¿Qué propuestas nuevas planteará al país la
oligarquía en la próxima Asamblea Constituyente? ¿Seguirán proponiendo más
neoliberalismo, más libre mercado, más democracia representativa, más
transferencia de los bienes comunes a los interese privados? Estos modelos
han fracasado en el globo. El FNRP es una novedad en el país. Pero esta
novedad tiene que argumentarse con propuestas de transformaciones
estructurales en lo económico, lo político, lo cultural, lo religioso, etc.
Después de todo, el adagio bíblico es claro al decir: "por sus frutos lo
conocerán", y no hay mayor ciego que quien no quiera ver las secuelas de la
oligarquía hondureña con sus dos colores políticos.
*Las opiniones expresadas en los artículos y comentarios son de exclusiva
responsabilidad de sus autor@s y no reflejan, necesariamente, los puntos de
vista de la redacción de AlterInfos. Comentarios injuriosos o insultantes
serán borrados sin previo aviso.
FUENTE: http://www.alterinfos.org/spip.php?article5151
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