Galel Cárdenas
La llegada de nuestro ex presidente Manuel Zelaya Rosales es inminente como producto de la negociación Lobo-Santos-Chávez.
Los vericuetos de la negociación se están produciendo de cara a la realización de la Asamblea General de la OEA, en la primera semana de junio próximo en la ciudad de San Salvador.Las discusiones ideo políticas sobre tal negociación que se ha producido en la red nacional de Fian son prácticamente glosas o comentarios al margen, dado que ninguna de ellas incidirá en el proceso transaccional cuyo contexto diplomático complejo traspasa las fronteras patrias y al mismo FNRP.
El contexto político provincial mientras tanto se debate en la misma línea de la dictadura de Roberto Micheletti: violación a los derechos humanos, asesinato desmedido de periodistas, imposición de leyes atentatorias a la dignidad humana de los hondureños, juego cínico del presidente Lobo Sosa con los grupos de oposición, desarrollo dictatorial de todas las instituciones públicas estatales y autónomas, en fin, una dictadura de la clase oligárquica desnacionalizada y pro-imperialista, capaz de vender hasta los últimos vestigios de la soberanía nacional, de sus recursos naturales y hasta del oxígeno necesario para respirar siquiera un aire puro que penetre los pulmones de un ciudadano digno.
Y como la fecha del regreso de Mel Zelaya es un hecho incontrovertible, si Porfirio Lobo Sosa desea ingresar el país a la OEA, entonces digamos que la presencia del líder más carismático del siglo XX y XXI está a la vuelta de la esquina.
Todos los ciudadanos de los partidos políticos, de los movimientos sociales, religiosos y culturales que creen en su liderazgo nacional están listos para asistir masivamente al lugar por donde entrará al país este fenómeno político denominado Manuel Zelaya Rosales para saludarlo y para poner a su orden toda su energía humana en pro de la utopía que se ha gestado en el país.
Y cada uno de los integrantes de estas estructuras pertenecientes a la Resistencia Nacional, como también los declarados enemigos oligarcas, militares y demás representantes del gobierno y de los conservadores en general ( no dejemos de contar con enemigos personales dentro y fuera de la RN) tienen ya establecidas sus expectativas con respecto al rol que habrá de desempeñar nuestro ex presidente en cualquiera de los planos de que es capaz expresarse un hombre de la dimensión continental que es Manuel Zelaya Rosales.
El sembrador de la idea de una refundación de Honduras a través de la Asamblea Nacional Constituyente, como idea anterior a la creación del FNRP, al llegar a Honduras tendrá intensísimas conversaciones con todos los grupos sociales, culturales, religiosos, juveniles, en fin, su agenda será más intensa que la del porfiriato cachureco y su comparsa oligárquica.
Inmediatamente entraremos en una dinámica diferente a la actual, las discusiones serán otras, las preocupaciones tendrán otra dimensión, viviremos tiempos de agudización política sin precedentes, las masas serán más concretas en sus solicitudes y en sus planes de trabajo, y nada nos detendrá para entrar de lleno en el proceso electoral que se avecina.
El pueblo manifestará su decisión de emitir su voto en contra de la tiranía grotesca, sanguinaria y deshumanizada que ahora experimentamos.
La llegada de nuestro líder indiscutible es inminente y no pertenece a ninguna ficción literaria o científica, le duela a quien le duela.
