voselsoberano.com | Jueves 26 de Mayo de 2011 22:25
Por Aníbal Delgado Fiallos
No conviene al Frente de Resistencia convertirse en partido político, ello le restaría posibilidades en su objetivo de democratizar la sociedad o de influir en el rumbo de los acontecimientos nacionales.
Si el FNRP ha tenido gran presencia en la vida política del país es porque constituye una poderosa convergencia, no ideada o provocada por nadie, sino porque espontáneamente se fue conformando a raíz de cóleras contenidas y demandas insatisfechas disparadas en la coyuntura trágica del golpe de Estado.
En el Frente de Resistencia hay de todo: liberales, izquierdistas, democristianos, nacionalistas, pinuistas; hay además profesionales, técnicos, escritores, artistas, estudiantes, artesanos, empresarios, amas de casa, obreros, campesinos; en toda esta variedad de líneas políticas, clases y fuerzas sociales hay cuatro elementos aglutinantes que pasan por el rechazo al golpe de Estado: adhesión plena a los principios de legalidad, condena vigorosa a la corrupción, respeto a los derechos humanos, visión de una sociedad democrática y equitativa.
La Resistencia como partido con una sola línea doctrinaria y con una rigurosa disciplina partidaria, sería incapaz de retener en su seno a esa cantidad de personas de distintos partidos, y a esos miles de ciudadanos con la más amplia opción ideológica y ocupacional; su capacidad movilizadora no sería la misma, y sus posibilidades de realizar sus grandes objetivos no irían muy largo por mucho apalancamiento nacional y extranjero que le procure el expresidente Zelaya.
En circunstancias como las actuales la estructura para avanzar en el ideal democrático y de nueva sociedad es el frente político; es la experiencia de muchos países en que la natural pequeñez de las fuerzas del cambio ha obligado a establecer alianzas con personas y fuerzas que de ordinario parecieran antagónicas, pero con quienes se llega a acuerdos sobre objetivos políticos concretos, coincidencias, respeto y renuncia a todo intento hegemónico o planteamiento excluyente.
La convergencia que en este momento es el FNRP puede convertirse en frente político con participación electoral si los convenios implícitos que se han venido manejando se escriben en un programa que los aliados se comprometen a desarrollar y se deja claro que el frente político no significa fusión, que en él las fuerzas participantes mantienen su identidad, estructura orgánica, ideología, libertad de retirarse; que la alianza no trasciende a la doctrina ni que en ella se comprometen puntos doctrinarios y que los más amplios métodos de dirección sustituyen el verticalismo. CORTESIA VOS EL SOBERANO
