Si yo no representaría una causa, no convocaría a nadie”
voselsoberano.com | Lunes 30 de Mayo de 2011 20:26
“Mel” Zelaya
Tegucigalpa, Honduras. Una vez más el pueblo hondureño dio cátedra de membrecía, pertenencia, identificación, civismo, solidaridad y patriotismo entre si mismos y sus verdaderos líderes. La Plaza “Isis Obed Murillo”, al lado sur del aeropuerto Toncontín, fue el escenario propicio para el retorno de “Mel” Zelaya, de varios exiliados políticos y fue insuficiente.
Un mar humano proveniente de los 18 departamentos del paìs, incluyendo la comunidad en el extranjero, se concentró desde el viernes anterior esperando el regreso del ex presidente Manuel Zelaya, su esposa, Xiomara Castro de Zelaya, sus hijos, la Pichu y el vástago menor de la pareja presidencial, varios compañeros de gobierno y representantes de Colombia, Venezuela, Ecuador, Nicaragua, República Dominicana, El Salvador, Francia, entre otras delegaciones.
Sin embargo, en el aire revolotean los cuervos de la impunidad; la presencia y el recuerdo de las víctimas, de los hermanos y hermanas caídas en la lucha contra el golpe de Estado, Isis Obed, Pedro Magdiel, Wendy, el profesor Vallejo, los 12 colegas periodistas asesinados en el régimen de Porfirio Lobo. Las mujeres violadas por la Policía, los torturados, los ejecutados sin identificar, los desaparecidos, los humillados por la soberbia uniformada.
En verdad que este sábado 28 de mayo fue un día de desquite, de furia contenida, de reivindicación, de exigir fin de la impunidad y de banderas de todos los colores y organizaciones. Es un día de gloria que marca una etapa ascendente en la lucha por la refundación nacional y en el fin del modelo neoliberal.
Qué puedo escribir acerca de un hecho histórico y tan esperado por la mayor parte del pueblo hondureño y a la vez, tan cubierto por la prensa internacional; que fue hermoso, espontáneo, solidario y eléctrico.
Ver tantos rostros de mi pueblo, humildes campesinos y campesinas, hombres y mujeres de Lempira, de Intibucá, Ocotepeque; “caracoles” de Islas de la Bahía, campesinos del Bajo Aguán; vendedores de la calle, obreros, ancianos y ancianas en andadores ortopédicos y sillas de rueda, señoras humildes cargando sus pocas cosas y bocados humildes para vender…o compartir; desempleados, gente común y corriente que con esfuerzo propio se desplazó de su lugar de origen para acompañar el arribo del líder a su tierra natal.
Pero sobre todo, la presencia de la juventud y la mujer; bebes en hombros de sus padres, muchachos y muchachas con mirada rebelde, fresca, libre y de pensamiento preciso ante la nueva realidad y la coyuntura política. Ellos, que salieron a las calles por miles y miles, son la base del relevo generacional en la lucha por la dignidad y libertad humana y patria.
La derecha y los golpistas están preocupados; el acelerante del cambio y la reivindicación social, el incendio del estatus quo, ellos contribuyeron en su ignición; “Mel” únicamente es el catalizador de aspiraciones contenidas por tantos años; casi desde la misma independencia política de España, el 15 de septiembre de 1821.
Quiero recordar algunas expresiones notorias, recogidas en medio de una loca felicidad, de un desenfrenado deseo de identificación con el cambio, de refundación e inclusión social que se ha convertido en una marea que desconoce continentes, países y territorios.
Ahí están, con sus singularidades, las movilizaciones populares en España, Francia, Estados Unidos, Túnez, Egipto; Libia es un caso aparte de intervencionismo imperialista sediento de petróleo.
Volviendo a lo nuestro, la Pichu, al dirigirse al más del millón de ciudadanos congregados en la Plaza “Isis Obed Murillo” mostró firmeza, soltura y seguridad, particularmente en la lectura del Acuerdo de Cartagena de Indias.
La ex Ministra de Relaciones Exteriores, Patricia Isabel Rodas, en palabras a la prensa mundial señaló que a “Mel” lo sacaron del paìs por la fuerza de los fusiles y retornó por la fuerza del amor del pueblo; eso no tiene colores políticos”.
El canciller de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, (nada que ver con el extranjero que suplantó la nacionalidad para usurpar la presidencia de la República), como siempre, subrayó la sincera solidaridad que une a la Patria de Bolívar con el pueblo de Honduras.
Cuando estaban por aterrizar en el aeropuerto Toncontín, Maduro percibió “una gran masa roja desprendiéndose desde lo más profundo de las raíces…es el pueblo de Francisco Morazán, es un pueblo de libertadores”, dijo metafóricamente ante la portentosa masa humana que asistió al arribo del ex Presidente Zelaya.
El propósito de la presencia del Coordinador del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) en el paìs, fundamentalmente es unir al pueblo y a grupos populares en torno a un Frente Amplio Popular donde concurran todas las formas de pensamiento u organización para desde el propio patio del sistema, derrotar a las fuerzas golpistas que son las mismas retardatarias que mantienen postrados al pueblo y a la patria de Morazán.
Sólo unidos venceremos al Leviatán del capitalismo contemporáneo. Viva el Pueblo Hondureño, Arriba “Mel” Zelaya. Vamos por una Asamblea Nacional Constituyente fundacional, participativa e incluyente. CORTESIA VOS EL SOBERANO
- La derecha y los golpistas están preocupados; el acelerante del cambio y la reivindicación social, el incendio del estatus quo, ellos contribuyeron en su ignición; “Mel” únicamente es el catalizador de aspiraciones contenidas por tantos años; casi desde la misma independencia política de España, el 15 de septiembre de 1821.
Tegucigalpa, Honduras. Una vez más el pueblo hondureño dio cátedra de membrecía, pertenencia, identificación, civismo, solidaridad y patriotismo entre si mismos y sus verdaderos líderes. La Plaza “Isis Obed Murillo”, al lado sur del aeropuerto Toncontín, fue el escenario propicio para el retorno de “Mel” Zelaya, de varios exiliados políticos y fue insuficiente.
Un mar humano proveniente de los 18 departamentos del paìs, incluyendo la comunidad en el extranjero, se concentró desde el viernes anterior esperando el regreso del ex presidente Manuel Zelaya, su esposa, Xiomara Castro de Zelaya, sus hijos, la Pichu y el vástago menor de la pareja presidencial, varios compañeros de gobierno y representantes de Colombia, Venezuela, Ecuador, Nicaragua, República Dominicana, El Salvador, Francia, entre otras delegaciones.
Sin embargo, en el aire revolotean los cuervos de la impunidad; la presencia y el recuerdo de las víctimas, de los hermanos y hermanas caídas en la lucha contra el golpe de Estado, Isis Obed, Pedro Magdiel, Wendy, el profesor Vallejo, los 12 colegas periodistas asesinados en el régimen de Porfirio Lobo. Las mujeres violadas por la Policía, los torturados, los ejecutados sin identificar, los desaparecidos, los humillados por la soberbia uniformada.
En verdad que este sábado 28 de mayo fue un día de desquite, de furia contenida, de reivindicación, de exigir fin de la impunidad y de banderas de todos los colores y organizaciones. Es un día de gloria que marca una etapa ascendente en la lucha por la refundación nacional y en el fin del modelo neoliberal.
Qué puedo escribir acerca de un hecho histórico y tan esperado por la mayor parte del pueblo hondureño y a la vez, tan cubierto por la prensa internacional; que fue hermoso, espontáneo, solidario y eléctrico.
Ver tantos rostros de mi pueblo, humildes campesinos y campesinas, hombres y mujeres de Lempira, de Intibucá, Ocotepeque; “caracoles” de Islas de la Bahía, campesinos del Bajo Aguán; vendedores de la calle, obreros, ancianos y ancianas en andadores ortopédicos y sillas de rueda, señoras humildes cargando sus pocas cosas y bocados humildes para vender…o compartir; desempleados, gente común y corriente que con esfuerzo propio se desplazó de su lugar de origen para acompañar el arribo del líder a su tierra natal.
Pero sobre todo, la presencia de la juventud y la mujer; bebes en hombros de sus padres, muchachos y muchachas con mirada rebelde, fresca, libre y de pensamiento preciso ante la nueva realidad y la coyuntura política. Ellos, que salieron a las calles por miles y miles, son la base del relevo generacional en la lucha por la dignidad y libertad humana y patria.
La derecha y los golpistas están preocupados; el acelerante del cambio y la reivindicación social, el incendio del estatus quo, ellos contribuyeron en su ignición; “Mel” únicamente es el catalizador de aspiraciones contenidas por tantos años; casi desde la misma independencia política de España, el 15 de septiembre de 1821.
Quiero recordar algunas expresiones notorias, recogidas en medio de una loca felicidad, de un desenfrenado deseo de identificación con el cambio, de refundación e inclusión social que se ha convertido en una marea que desconoce continentes, países y territorios.
Ahí están, con sus singularidades, las movilizaciones populares en España, Francia, Estados Unidos, Túnez, Egipto; Libia es un caso aparte de intervencionismo imperialista sediento de petróleo.
Volviendo a lo nuestro, la Pichu, al dirigirse al más del millón de ciudadanos congregados en la Plaza “Isis Obed Murillo” mostró firmeza, soltura y seguridad, particularmente en la lectura del Acuerdo de Cartagena de Indias.
La ex Ministra de Relaciones Exteriores, Patricia Isabel Rodas, en palabras a la prensa mundial señaló que a “Mel” lo sacaron del paìs por la fuerza de los fusiles y retornó por la fuerza del amor del pueblo; eso no tiene colores políticos”.
El canciller de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, (nada que ver con el extranjero que suplantó la nacionalidad para usurpar la presidencia de la República), como siempre, subrayó la sincera solidaridad que une a la Patria de Bolívar con el pueblo de Honduras.
Cuando estaban por aterrizar en el aeropuerto Toncontín, Maduro percibió “una gran masa roja desprendiéndose desde lo más profundo de las raíces…es el pueblo de Francisco Morazán, es un pueblo de libertadores”, dijo metafóricamente ante la portentosa masa humana que asistió al arribo del ex Presidente Zelaya.
El propósito de la presencia del Coordinador del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) en el paìs, fundamentalmente es unir al pueblo y a grupos populares en torno a un Frente Amplio Popular donde concurran todas las formas de pensamiento u organización para desde el propio patio del sistema, derrotar a las fuerzas golpistas que son las mismas retardatarias que mantienen postrados al pueblo y a la patria de Morazán.
Sólo unidos venceremos al Leviatán del capitalismo contemporáneo. Viva el Pueblo Hondureño, Arriba “Mel” Zelaya. Vamos por una Asamblea Nacional Constituyente fundacional, participativa e incluyente. CORTESIA VOS EL SOBERANO
