Vecinos confirman persecución militar contra Eved, el menor asesinado

sábado, 9 de junio de 2012


Vecinos confirman persecución militar contra Eved, el menor asesinado


TEGUCIGALPA.- Los vecinos de la colonia Villa Vieja, carretera salida a Danlí, coincidieron con la versión de Wilfredo Yánez, padre del niño acribillado, que militares fueron los que dispararon contra el jovencito la madrugada del 27 de mayo.
A pocos metros del desvío de la colonia Los Pinos iniciaba el retén, donde ponían un par de conos los militares.

El retén, dirigido por militares, tenía varias semanas de estar realizando labores de requisición en la entrada al desvío de la colonia Los Pinos; comúnmente se instalaban desde las 7:00 de la noche hasta la 1:00 de la mañana.
Muchos de los conductores se quejaban porque el lugar donde se situaban los uniformados no estaba señalizado ni iluminado y tampoco se contaba con la presencia de una patrulla policial, lo cual está prohibido por la ley, según los vecinos.
De acuerdo con las versiones recabadas, el niño Ebed Jaasiez salió de su casa sin permiso la noche del sábado 26 de mayo en una motocicleta, que la encendió ya fuera del perímetro de la colonia para no levantar sospechas de su escapada.
Según vecinos de Villa Vieja, el muchacho regresaba alrededor de la 1:00 de la madrugada del domingo y se encontró con el retén que los militares solían instalar en la entrada a la colonia Los Pinos.
En este lugar oscuro, por las noches, permanecía estacionado el vehículo militar, con el que realizaban los operativos.
Los testigos aseguran que el joven traía a una muchacha de pasajera cuando cruzó el retén militar, obviando la parada que le hicieron, a lo mejor temeroso por ser menor de edad y no portar papeles para conducir.
Como no se detuvo, los militares lo persiguieron en un carro 4×4 verde, marca Ford, sin placas, haciéndole ráfagas de disparos.
Al parecer, la muchacha cayó en frente de la entrada a la colonia Montefresco, versión que está en investigación, y dos cuadras después derribaron al joven en un estrecho y oscuro callejón de tierra de la colonia Villa Vieja, donde intentó refugiarse.
Los vecinos le contaron a Wilfredo Yánez, que los militares se bajaron del automotor para cerciorarse de que el muchacho estuviera muerto, pues tocaron el cuerpo ya inerte con una de las armas con las que le segaron la vida.
A las horas del suceso, los militares regresaron a recoger los casquillos de los proyectiles disparados, sin imaginarse que los vecinos ya conocían al adolescente y habían recogido dos de los mismos, los cuales están bajo la protección de la Fiscalía.
Don Wilfredo Yánez señalaba el lugar donde fue acribillado su hijo.
Yánez llevó a los reporteros de este rotativo al callejón donde murió su hijo y señaló dos agujeros en diferentes paredes, de los que dice fueron a dar los demás impactos de bala, que salieron de los fusiles de los militares.
También señaló el pavimento, de donde los militares dispararon a mansalva al callejón, donde el muchacho buscó refugiarse ante las ráfagas que hacían los elementos del Ejército.
A 100 metros de donde cayó el menor se encuentra una posta policial, pero sus elementos no reaccionaron porque de los cinco que están asignados solo estaban dos, uno de turno y el otro durmiendo, mientras que los otros tres tenían fin de semana libre.
El policía de turno al escuchar las detonaciones llamó para pedir refuerzos al Distrito Policial de la Kennedy (1-4), quienes se desplazaron al lugar en cuestión de diez minutos, según el relato brindado por oficiales de esa delegación.
Este es el callejón estrecho, oscuro y de tierra donde cayó muerto el joven, en el intento de escapar de los militares.
Al llegar la patrulla, solo brindaron protección a la escena del crimen; los miembros de Medicina Forense hicieron el levantamiento y se llevaron el cuerpo a la morgue.
“Espero que el ministro de Defensa, Marlon Pascua, sea sabio para que pueda esclarecer el crimen de mi hijo y presenten a los responsables ante la ley y que sean enjuiciados”, señaló Yánez, quien ya puso en conocimiento del caso a la Fiscalía y a organismos defensores de derechos humanos.
“Los jefes militares están a tiempo de salvar y limpiar el nombre de la institución. Hasta se pueden convertir en héroes si entregan a los culpables”.
El miércoles anterior, el MP requisó las armas de varios militares y documentó varios testimonios de testigos, entre otras pruebas.
Lo extraño para los vecinos es que después del lamentable suceso, por arte de magia el retén desapareció. FUENTE VOS EL SOBERANO

Author: HONDURAS UN PUEBLO UNIDO

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