Otro golpe al bolsillo del pueblo
voselsoberano.com | Lunes 18 de Julio de 2011 14:38
Nuestra Palabra, Radio El Progreso, 18 de julio de 2011
Golpe, precisamente en eso se convertirá la nueva tasa de seguridad poblacional aprobada por el gobierno con el fin de reducir el alto índice de violencia e inseguridad que agobia a comunidades, barrios y colonias de toda Honduras.
Pese al discurso oficial, que serán los que más tiene, quienes paguen este impuesto, la realidad nos dice otra cosa. Nuestra típica clase empresarial, jamás dejará que se les toque un peso de sus ganancias, total su seguridad descansa en empresas de seguridad privada o conocen los manejos turbios de las fuerzas de seguridad pública.
La ley de Seguridad Poblacional conocida como ley de seguridad ciudadana, impone un impuesto del 5 por ciento a las empresas mineras, un uno por ciento a las comidas rápidas, un nuevo gravamen a las empresas de telefonía móvil y a las empresas de envío de remesas y como no olvidar el impuesto a las transacciones bancarias arriba de 100 mil lempiras.
Las quejas de los empresarios no se hicieron esperar. El Consejo Hondureño de la Empresa Privada COHEP, interpondrá unos 62 recursos de inconstitucional que se sumarán a los ya interpuesto por las empresas mineras.
Son estos mismos empresarios, quienes cada vez que se aplica un nuevo impuesto, sin más, lo transfieren al consumidor final. Esto significa que cada vez que usted compre una tarjeta o recarga recibirá menos tiempo para hablar. Y qué decir cuando nuestros compatriotas manden dolaritos a sus familiares, tendrán que pagar más por el envío. Al final de cuentas esto nos refleja que son los que menos tienen, los que más pagan.
Las proyecciones de recaudación de este nuevo impuesto son de mil quinientos millones de lempiras, que más claro no puede cantar un gallo, los empresarios no están dispuestos a pagarlos, por lo tanto el incrementos seguirán afectando a los más pobres.
Además del trancazo que esta tasa generará a la población, está de fondo que la medida jamás se convertirá en respuesta para la grave situación de violencia e inseguridad. Con este tipo de medidas, el gobierno se convierte en simple apaga fuegos, en un ambiente en donde los diversos conflicto se han convertido en auténticas llamaradas incontrolables.
CORTESIA VOS EL SOBERANOGolpe, precisamente en eso se convertirá la nueva tasa de seguridad poblacional aprobada por el gobierno con el fin de reducir el alto índice de violencia e inseguridad que agobia a comunidades, barrios y colonias de toda Honduras.
Pese al discurso oficial, que serán los que más tiene, quienes paguen este impuesto, la realidad nos dice otra cosa. Nuestra típica clase empresarial, jamás dejará que se les toque un peso de sus ganancias, total su seguridad descansa en empresas de seguridad privada o conocen los manejos turbios de las fuerzas de seguridad pública.
La ley de Seguridad Poblacional conocida como ley de seguridad ciudadana, impone un impuesto del 5 por ciento a las empresas mineras, un uno por ciento a las comidas rápidas, un nuevo gravamen a las empresas de telefonía móvil y a las empresas de envío de remesas y como no olvidar el impuesto a las transacciones bancarias arriba de 100 mil lempiras.
Las quejas de los empresarios no se hicieron esperar. El Consejo Hondureño de la Empresa Privada COHEP, interpondrá unos 62 recursos de inconstitucional que se sumarán a los ya interpuesto por las empresas mineras.
Son estos mismos empresarios, quienes cada vez que se aplica un nuevo impuesto, sin más, lo transfieren al consumidor final. Esto significa que cada vez que usted compre una tarjeta o recarga recibirá menos tiempo para hablar. Y qué decir cuando nuestros compatriotas manden dolaritos a sus familiares, tendrán que pagar más por el envío. Al final de cuentas esto nos refleja que son los que menos tienen, los que más pagan.
Las proyecciones de recaudación de este nuevo impuesto son de mil quinientos millones de lempiras, que más claro no puede cantar un gallo, los empresarios no están dispuestos a pagarlos, por lo tanto el incrementos seguirán afectando a los más pobres.
Además del trancazo que esta tasa generará a la población, está de fondo que la medida jamás se convertirá en respuesta para la grave situación de violencia e inseguridad. Con este tipo de medidas, el gobierno se convierte en simple apaga fuegos, en un ambiente en donde los diversos conflicto se han convertido en auténticas llamaradas incontrolables.
