A Jerónimo: “El trovador del pueblo”
voselsoberano.com | Miércoles 13 de Julio de 2011 17:01
Jari Dixon
Recuerdo que lo vi por primera vez desde el segundo piso de un colegio estudiantil, y qué entendía yo de música protesta?, no entendía nada, de derechas o izquierdas mucho menos, pero la imagen de Jerónimo cantando: “Que Vivan los estudiantes” me quedó incrustada en lo mas profundo de mi memoria.
Quién era aquel hombre de cabellera larga que cantaba con tanta pasión? me pregunté por más de veinte años, que habrá sido de él, hasta que lo volví a ver en una de tantas marchas populares, eeeh ahí está Jerónimo me dije; ya un poco más viejo que cuando lo conocí, pero con la misma voz y pasión revolucionaria como aquel día; vaya que talento natural que emergía de su voz, esa voz que por desgracia nuestra, el infortunio apagó.
Ahh pero como es el destino, tan incierto y sorprendente en algunos momentos. Habíamos tomado el edifico del Ministerio Publico por casi cinco días, un compañero fiscal me decía: Tengo un amigo que puede venir a cantar aquí, y ahí estaba el Jerónimo de siempre cantando música revolucionaria en frente del Ministerio Publico; de publico los fiscales y personal administrativo, vaya algo estaba cambiando en Honduras, y ese destino siguió jugando y encontró su momento cumbre par sus travesuras, el gran Jerónimo acompaño nuestra huelga de hambre de principio a fin, vaya que si nos alentó , tócate otra vez la del Che le pedía yo, pédime otra, ya esa me la has pedido muchas veces respondía y así, entre canción y canción aquellos treinta y ocho días se fueron haciendo chiquitos.
Nos daban las doce de la noche y los fiscales huelguistas no se dormían oyendo de Jerónimo su canto revolucionario; por allá unas voces de protesta, algunos huelguistas solidarios no podían conciliar el sueño, no podían hacer mucho, el Jerónimo con licencia fiscal era indetenible, pero al final en medio de la noche desaparecía con su amiga inseparable, su guitarra, esa que lo a acompañó hasta el último momento, tengo que ir a componer para ochenta millones de Latinoamericanos nos decía, y a esperar otro día de música revolucionaria, nuestro único alimento, que no entraba por la boca pero si por nuestro corazón y por nuestra alma.
Llegó el ultimo día de huelga, el Jerónimo con gafas negras, algo escondía el viejo trovador, de pronto unas gotas de agua salada corrían en sus mejilla, el gran Jerónimo no quería que lo vieran llorar, pero su llanto lo traicionó, ahí estábamos todos dando por terminada aquella primera fase en a lucha por la libertad, en donde Jerónimo sin duda, sin tener mayores recursos que su guitarra y su voz jugó un papel determinante.
Hasta siempre compañero y amigo, espero que en donde te encuentres sigas cantando la canción del Che, y no te canses de tocarla aunque te la pidan mil veces, un abrazo hermano, nos dejaste solo te nos adelantaste como decía Cabral, que sin duda hará un buen dúo contigo.
CORTESIA VOS EL SOBERANO
