Mientras a los alumnos de institutos públicos se les reprime a los privados se les paga por desfilar

sábado, 17 de septiembre de 2011

Tegucigalpa 16 de septiembre. Niñas y niños de 40 institutos privados de segunda enseñanza, le rindieron honores al presidente sucesor del golpe de Estado Porfirio Lobo Sosa, en el Estadio Nacional de Tegucigalpa, donde concluyó el desfile oficial del 15 de septiembre conmemorando el 190 aniversario de la independencia política del Reino de España.
Decenas de niñas y niños inocentes de lo que estaban haciendo,  fueron a rendirle pleitesía a quienes son los responsables que de más de 750 mil niños y niñas no tengan acceso ni a educación ni a trabajo para ganarse el pan de cada día en el país y que tengan un futuro marcado por la miseria y la falta de oportunidades.
Es cierto que  esto no es responsabilidad exclusiva del actual gobierno, pero también es cierto que no se hace nada por cambiar la situación de miles de jóvenes.
Las profesoras y profesores de esos colegios, aunque son los peores pagados del sistema educativo nacional, acudieron domesticados al llamado de los patrones a rendirle el sombrero a un presidente y a un ministro de educación que mantiene sin comer a más de 10 mil docentes en todo el país, según dirigentes magisteriales.
Los desfiles del 15 de septiembre más parecían un circo, que una celebración, cuando la inmensa mayoría dela población  no tiene nada que celebrar, sin acceso a servicios elementales como vivienda, salud y una verdadera educación de calidad.
Los dueños de las instituciones privadas que participaron en el desfile son consientes del papel que juegan en contra de la escuela pública y  en todo el engranaje del sistema neoliberal que impera en el país, por lo que no escatiman esfuerzos para decir presente inclusive en lo más crudo de la represión post golpe de Estado.
Los miles de hondureños que acudieron a ver el es triste espectáculo en el que los adultos embarcan a los niños, desconocen en su mayoría que al darle privilegio a lo privado y despreciar a la educación pública, se está atentando contra la mayoría de la población hondureña que no puede pagar colegiaturas, que dicho sea de paso, una mayoría son propiedad de iglesias y congregaciones religiosas.
Centenares de jóvenes que participaron en la conmemoración, quizás forzados por algunos puntos extras en el último parcial, son el producto de un sistema que no les inculca amor a la patria, que los forma como esclavos, mano de obra barata pero que hasta allí no más por que no los inculca el pensamiento critico, ni la iniciativa propia.
La asistencia solo de instituciones educativas del sector privado, demuestra como el gobierno trabaja para desprestigiar lo publico y privilegiar lo privado, al organizar un espectáculo que esta muy lejos de ser una fiesta cívica.
Mientras a los jóvenes que estudian en centros educativos públicos se les reprime, les tiran bombas lacrimógenas y en algunos casos son agarrados a toletazo limpio, para los estudiantes de las privadas, el gobierno destina casi un millón de lempiras para entregárselos como premio por participar supuestamente en un desfile de honor patrio.
Sin contar que en el futuro podrán ser millones los que dispondrá el comité cívico para comprar directores de colegios, al ofrecer Lobo Sosa 200 mil lempiras para cada colegio que vaya a rendirle culto en el palco del Estadio, para el año 2012.
Contrario a los privados, los colegios públicos de segunda enseñanza nuevamente volvieron a dar una lección de civismo y de dignidad al negarse a rendirle tributo a un gobierno que tiene aguantando hambre a casi el 20% del total del magisterio, los alumnos y docentes en su gran mayoría prefirieron confundirse con el pueblo en demanda de una nueva patria incluyente de todas y todos los hondureños.
Finalmente lo ocurrido en las conmemoración del 190 aniversario, es un mensaje para la oligarquía y para algunos religiosos que después del golpe se atrevieron a insultar al pueblo asegurando que con un golpe de Estado iniciaban las celebraciones por el bicentenario de la independencia.
Ese mismo pueblo que hora se niega a ser parte del circo demostró que esta preparado para los cambios en el país, que es cuestión de tiempo y que se generen los espacios de participación, que hoy más que nunca es necesario refundar el país mediante una Asamblea Nacional Constituyente, donde participemos todos y todas los hondureños.
Andrés  Molina
Agente de Cambio

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