Fracaso de la seguridad interna
voselsoberano.com | Martes 13 de Septiembre de 2011 08:13
Editorial Diario Tiempo
La reorganización del cuerpo gubernamental, como era de esperar, ha alborotado el cotarro político, con la finalidad de enmascarar las verdaderas causas, algo muy común en los escenarios aldeanos y en la práctica política.
Septiembre 13, 2011
La reorganización del cuerpo gubernamental, como era de esperar, ha alborotado el cotarro político, con la finalidad de enmascarar las verdaderas causas, algo muy común en los escenarios aldeanos y en la práctica política.
Cuando la loca del pueblo se desata y sale a la calle es muy difícil darle sentido lógico al acontecer, debido a que la especulación profusa tiene el efecto de exacerbar la imaginación popular. Eso lo saben muy bien los políticos, ciertamente duchos en aprovechar la coyuntura, cada quien en beneficio propio.
Lo cierto es que la remoción y cambio de funcionarios en cualquier administración —pública o privada— es algo común y forma parte de su dinámica, generalmente en función de los resultados del desempeño administrativo.
Es cierto que en cuestiones de Estado las motivaciones tienen un elevado componente político, y, por lo tanto, personalizado y subjetivo, pero, si se trata de una reestructuración del “staff” gubernamental, éste ha de ser producto de un análisis a conciencia de la gestión y del control del poder.
La intervención de los medios de comunicación social (MCS) es un elemento clave en la percepción sobre los acontecimientos que afectan a la colectividad, de suerte que, en sociedades como la nuestra, la comunicación social puede, en determinados casos, encarnar a la loca del pueblo.
Ese rol —si es que debe considerársele tal— de los MCS tiende a ser más frecuente en Honduras, y sin duda desastroso, como lo ocurrido recientemente con la crisis política en la preparación y consumación del golpe de Estado 28-J, cuyas nefastas consecuencias siguen en pie.
Posiblemente por la inercia del evento golpista, el oleaje especulativo sobre la reestructuración de los funcionarios próximos al Ejecutivo, vale decir los primeros círculos gubernamentales, es de agria controversia sectaria e ideológica, casi como si se tratara de otro golpe de timón, esta vez al interior del Partido Nacional, en el poder.
Nuevamente la intervención mediática se deja llevar por la vorágine política, alejándose de su cometido esencial, que es el de buscar la verdad y comunicarla para enterar y orientar la conducta individual y colectiva. No obstante que es por esa vía como puede dársele cauce a la estabilidad social.
Vemos que en este episodio de la reorganización del cuerpo gubernamental lo que ha causado mayor controversia política es lo relacionado con la Secretaría de Seguridad, encargada de la seguridad interna del Estado. Todo el mundo sabe que la gestión en materia de seguridad interna ha sido un completo fracaso, lo cual se comprueba con el vertical aumento de la criminalidad común y la criminalidad organizada.
Ese fracaso se debe principalmente al enfoque equivocado de la lucha contra el crimen y a la excesiva, por no decir absoluta, centralización del manejo operativo y administrativo de la institución policial, al grado de nulificar su función de proteger a la sociedad y prevenir la delincuencia.
Pero esa realidad no podrá percibirse con la loca del pueblo en desenfrenada acción.
Septiembre 13, 2011
CORTESIA VOS EL SOBERANO
