Impotencia y dolor en sepelio del hijo de rectora de la UNAH
voselsoberano.com | Martes 25 de Octubre de 2011 07:37
TEGUCIGALPA.- En una tarde fría y gris, cientos de hondureños pertenecientes a los círculos académico, político y empresarial, le dieron ayer el último adiós al joven universitario Rafael Alejandro Vargas Castellanos, para quien clamaron justicia y castigo hacia los responsables de su muerte.
Vargas Castellanos (22), quien era hijo de la rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Julieta Castellanos, fue ejecutado la noche del viernes anterior en la capital junto a su amigo y también universitario Carlos Humberto Pineda Rodríguez (22).Las causas del doble crimen aún no habían sido esclarecidas ayer por la policía, que mantiene el caso en reserva.
Las exequias del hijo de la rectora universitaria se realizaron en el cementerio Jardines de Paz Suyapa, donde se dieron cita amigos, parientes, docentes y estudiantes de la UNAH, así como un nutrido número de hombres y mujeres pertenecientes a la académica, política y a otros círculos de la sociedad hondureña, quienes demandaron justicia.
Como pocas veces, uno de los cementerios de la capital lució tan abarrotado, lo que evidencia el cariño que goza la familia Vargas Castellanos entre los hondureños.
Entre los presentes se escuchaban frases de repudio y dolor, porque los dos jóvenes eran promesas para el país, ya que ambos eran aventajados estudiantes de la Alma Mater.
Vargas Castellanos realizaba estudios de Sociología y Pineda Rodríguez cursaba el quinto año en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales; sin embargo, su futuro fue truncado en un abrir y cerrar de ojos, producto de la ola de inseguridad y violencia que sacude a Honduras.
CONSTERNACIÓN
Castellanos recibió múltiples muestras de condolencia por todos los sectores representados en el acto fúnebre, comenzado por la Junta de Dirección Universitaria (JDU), que hizo público un acuerdo de duelo mediante el cual la comunidad universitaria demandó un pronto esclarecimiento del repudiable asesinato.
Las frases de rechazo también fueron patentizadas por un grupo de maestros que portaron pancartas con leyendas como: “¡Alto a la violencia! ¡Exigimos justicia! ¡No más violencia!”, entre otras frases que evidenciaron la impotencia que siente la mayor parte del pueblo hondureño ante tanto asesinato impune, producto del débil sistema de investigación.
Previo al sepelio se ofreció una misa de cuerpo presente en el Santuario de Suyapa, donde se oró al todopoderoso por el alma del infortunado joven.
Vargas Castellanos y su amigo fueron vistos por última vez el sábado entre 1:00 y 1:30 de la madrugada; sin embargo, sus cuerpos, que presentaban múltiples impactos de bala, fueron encontrados hasta el sábado a la 1:15 de la tarde a inmediaciones de la aldea Villa Real, cuyo desvío se ubica a la altura del kilómetro 13 de la carretera del sur.
Según sus parientes, los universitarios estuvieron el viernes por la noche en la casa de una de sus amigas en la colonia Miraflores de Tegucigalpa.
La policía sospecha que fueron interceptados mientras se trasladaban a la colonia América, para ser llevados posteriormente a la salida del sur.
La muerte de los universitarios ha sido lamentada por el Presidente Porfirio Lobo Sosa, quien prometió emanar las órdenes ante los órganos competentes para esclarecer el caso. (EP).
Tomado de: CORTESIA VOS EL SOBERANO