Cardenal Rodríguez influyó para que el periodista Esdras Amado López no ingresara al Vaticano
Tegucigalpa. La libertad de expresión en Honduras es de nuevo trasgredida. El cardenal Oscar Andrés Rodríguez influyó en el Vaticano para que el director de Canal 36, el periodista Esdras Amado López, no entrara a la santa sede para cubrir la visita del presidente Porfirio Lobo al papa Benedicto XVI.
Resulta que López se enteró de la censura que el purpurado le aplicó luego de presentarse este día a Casa Presidencial a recoger su acreditación para darle cobertura al evento.
El afectado comentó que “una fuente cercana a Casa de Gobierno me comunicó que ayer que su acreditación para entrar al Vaticano tenía problemas”.
Esdras Amado López argumentó que la fuente le pidió esperar hasta hoy a las 11:00 de la mañana, “hoy me llamaron cambiando la versión y me dijeron que yo no podía entrar al Vaticano, por recomendación del Embajador de Honduras en la Santa Sede, Alejandro Valladares, sugiriendo que el permiso no se había extendido, por mis problemas con el Cardenal”.
“Yo no tengo problemas con el Cardenal, lo que hemos hecho es denunciar las irregularidades dentro de la Iglesia Católica y que el clérigo bendijo el golpe de Estado y guardó un silencio cómplice; lo que he hecho ha sido en el marco del ejercicio periodístico”.
El gerente propietario de Canal 36 expresó que por su línea informativa, se le ha coartado la libertad de informar y el derecho a emigrar “yo he estado en el Vaticano y he hablado directamente con el Papa Benedicto XVI”.
También informó que el cardenal Rodríguez había dicho que “no quiero que ese periodista entre al Vaticano, porque me denigró y me juzgó…"
En ese sentido, el comunicador social afirmó que tanto el Rodríguez, como el Embajador Valladares “me tienen fuera de la cobertura y el derecho que me corresponde de informarle al pueblo hondureño”.
“Ana Pineda va a investigar en base a qué, habría sugerido que yo no llegue al Vaticano, por un lado; por otro lado, si la orden viene del Cardenal, es una actitud reprochable y que se supone que es un momento donde todos tendríamos que estar abrazados en este momento” añadió.
Por su parte, la secretaria Pineda declaró con respecto al caso, que el gobierno discutir sus obligaciones en materia de derechos humanos, abocarse a la situación y tomar las medidas que sean necesarias “hay una rectificación diplomática y debe haber, en todo caso, hacerse prevalecer la aplicación de la ley, en cuanto a que, hay un derecho a la libertad de expresión; ni el Estado puede ejercer ningún tipo de censura, ni debe consentir que otros lo ejerzan”.
También agregó que "si el alegato se constata como veraz, a mi criterio constituye una censura, ya que ninguna persona puede recibir un trato desfavorable, en razón de un ejercicio legitimo de un derecho, en este caso, la labor periodística”.
La titular de Derechos Humanos y Justicia, especifico que esto tendría un efecto inhibidor a otros comunicadores, de tratar ciertos temas, porque se entendería como una acción de impedir el ingreso al Vaticano “que en definitiva no debe ser consentida por el Estado”.
Dentro del marco de la censura, el relator de libertad de expresión de las Naciones Unidas, Frank LaRue, consideró que tras el crimen constitucional del 28 de junio de 2009, “en Honduras la censura se aplica sistemáticamente a los periodistas que se opusieron al golpe de Estado”.