Honduras: Tres razones para oponerme a religiosos politicos
Foto: Pastor de la Iglesia "Mi Viña" y precandidato a diputado por la corriente "Por mi País" del Patido Nacional, Mario Tomás Barahona.
Mario E. FumeroEn estos tiempos de enmarañada y turbia política, vemos con asombro y tristeza como cuarenta ministros del evangelio desean aspirar a puestos políticos, y estos ha creado un conflicto que afecta a todo el pueblo evangélico, porque mientras una minoría apoya la intervención de religiosos en política, la gran mayoría de evangélicos, consientes de las enseñanzas bíblicas, no aprueban tales conductas, y aunque muchos callan, la realidad es que un 80% de cristianos evangélicos condenan tales acciones. Este hecho nos enfrenta a un problema que me lleva a exponer las tres razones por lo cual que me opongo abiertamente a que ministros del evangelio intervengan en política. Estas tres razones son: la teología, las leyes del país y la ética ministerial.
LA TEOLOGÍA: Jesucristo definió los principios de su reino como un reino dentro de otro reino, afirmando que su reino no era de este mundo (o sistema terrenal) Juan 18:36. Además, cuando lo confrontaron con la política de su época, (recuerden que Palestina estaba dominada por los romanos, los zelotes eran guerrilleros y los fariseos y saduceos con los publicanos se aliaron con Roma) y le preguntaron a quien se debía dar tributo, el maestro dijo: "...dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios" Lucas 20:25. En otra ocasión afirmó que no se puede servir a dos señores (Mateo 6:23, Lucas 16:13) y San Pablo señalo que los que militan (o se alistan en un ejército) se pueden inmiscuir en los negocios de este siglo 2 Timoteo 2:4. Adamas de que los cristianos no pueden hacer yugo o alianza con los incrédulos (2 Corintio 6:14).
Además de lo anterior, la doctrina evangélica enseña que el cambio de actitud en una persona ocurre por el nuevo nacimiento (Juan 3:3), y no es posible un cambio de vida por medio de la ley, sino por el arrepentimiento, por lo que el sanear una sociedad es imposible mediante un gobierno humano, solo por la regeneración del Espíritu Santo al ser humano se puede logra cambiar de vida y esto solo se logra con una experiencia personal con Dios (2 Corintio 15:17). En otro aspecto, afirmar que "reinando la iglesia en la política" podremos revertir el deterioro moral, económico y social del país se convierte en herejía porque atenta y contradice el aspecto profético sobre los últimos tiempos (Leer Mateo 24 y 2 Timoteo 3).
EN LO JURÍDICO: La Constitución de la República de Honduras, prohíbe en el articulo 77 la intervención de los religiosos en política y se lee: “Los ministros de las diversas religiones no podrán ejercer cargos públicos ni hacer en ninguna forma propaganda política, invocando motivos de religión o valiéndose, como medio para tal fin, de las creencias religiosas del pueblo”.y en su artículo 198 se lee que: “Para ser elegido diputado se requiere: 1, 2, 3, 4. Ser del estado seglar”. De igual manera el artículo 238 constitucional indica: “Para ser Presidente de la República o Designado a la Presidencia, se requiere: 1, 2. 3, 4. Ser del Estado seglar”. Por lo que la separación de Iglesia y Estado excluye la intervención de ambos en asuntos que competen por un lado a lo religioso, y por otro lado a lo político. Eso sí, los pastores pueden denunciar como profeta, toda acción que atente contra los valores cristianos y la libertad de conciencia, baluarte defendido por el protestantismo histórico.
EN LO ÉTICO: El ministro del evangelio debe mantener una ética conforme a los valores de la Palabra, porque su autoridad espiritual para señalar lo malo y ser profeta depende de su libertad y neutralidad de criterio en los temas terrenales, porque no se puede ser juez y parte. Cuando un ministro se identifica abiertamente con una ideología, sea política, futbolística o filosófica, ajena a la Palabra de Dios, y la manifiesta públicamente, está causando división entre los miembros de la Iglesia, que deben mantener su libertad de conciencia. Recordemos que en una iglesia convergen todos todas las ideologías de los diversos partidos, y el pastor no debe proclamar desde el pulpito asuntos terrenales relacionado con ideologías humanas, salvo cuando algunos atente contra la sana doctrina. Éticamente hablando, un ministro del evangelio debe ser neutro en algunos temas sociales y no manipular al rebaño en asuntos terrenales.
Espero que esos ministros con aspiraciones políticas, entiendan que sirven al Rey de Reyes y Señor de Señores es mucho más grande que cualquier puesto político y no se debe rebajar a servir por medio de la política al príncipe de este siglo (Juan 14:30 Efesios 2:2). FUENTE EL LIBERTADOR
