Portada
Esta es la portada de la nueva de obra de Chávez, ya a la venta en las principales librerías y puestos de revistas del país.
SAN PEDRO SULA.- El caricaturista Luis Chávez, quien a diario nos hace reflexionar con un poco de humor en su Espacio Crítico de las páginas editoriales de este periódico, y con su esperada página de caricaturas deportivas “La Ley de la Ventaja” de Cronómetro cada miércoles, aborda una nueva aventura literaria con su libro “El que con lobos anda”.
Esta obra fue lanzada a nivel nacional el pasado viernes y nos presenta dos años de caricaturas sobre el gobierno del presidente Porfirio Lobo Sosa, dibujado desde una perspectiva crítica y procurando plasmar humanamente un perfil caricatulógico del presidente reconciliador. Esta obra compuesta por 170 caricaturas empieza a dibujarse en el 2010 y tiene como protagonista principal a Pepe Lobo, caricaturizado como bebé y personificando al año que acaba de nacer y al cual Chávez no ve tan atractivo, pero le da el beneficio de la duda.
En la contraportada del libro, Chávez permite que sea el presidente Lobo quien lance los dardos.
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Esta primera caricatura de Pepe convertido en presidente es acompañada por el siguiente mensaje de Chávez: “Bonito, bonito no se ve, pero puede llegar a ser bueno”. Desde ahí comienza el viacrucis de Pepe al frente de un gobierno en el que camina sobre el filo de la navaja, siendo presionado por los dos extremos de una sociedad que se partió por completo con el golpe de Estado.
Bajo este incierto panorama, Pepe empieza a gobernar aislado del mundo y ante un pueblo totalmente polarizado, en medio de una pugna entre buenos y malos, de rojos contra blancos, de comunistas contra ultra derechistas, de ángeles contra demonios.
Era un lobo aullando en plena soledad, a espaldas de una comunidad internacional que aún no le reconocía como presidente constitucional. A través de las 170 caricaturas que conforman su obra, Chávez nos relata la dura situación del nuevo presidente, tocando cada puerta que le sea posible, sin encontrar respuesta a su llamado.
Bajo este clima adverso en lo político, diplomático y económico, el presidente empieza a ser agobiado por un grave problema de desempleo y unos índices de violencia que se agudizan gradualmente, sin contar en sus peores momentos con el apoyo de los empresarios ni del cuerpo policial, que en lugar de ayudarle a controlar la situación delincuencial, es salpicado por el crimen, el narcotráfico y es corroído por la corrupción.
Pepe vive entre los seguidores de Mel y los grupos de poder que acuerparon a Micheletti a dar el golpe, ante grupos de dominio económico que le ofrecen reiterada y descaradamente una piyama del mismo estilo con que el ex presidente Zelaya fue sacado del país.
En este laberinto sin aparente salida, Pepe se siente más aislado que nunca. Esta soledad es magistralmente plasmada en una caricatura en la que el gobernante se encuentra bajo la lluvia, en las afueras de la Organización de Estados Americanos, a la espera de ser reincorporado. En lugar de soplar para derribar las puertas, Pepe mejor piensa: “No soplaré, sólo esperaré a que me dejen pasar”.
Ese momento finalmente llegó. Honduras fue nuevamente incorporada a la OEA y a otros sistemas de integración regionales. Fortalecido con estos beneplácitos internacionales, Pepe se sintió más seguro y decidió que era momento de empezar a hacerse respetar. “No se engañen con mi sonrisa”, advirtió a sus detractores.
Aunque el 75% de la caricaturas de la obra son dedicadas a Pepe Lobo, Chávez también dedica algunas páginas a ciertos personajes que han estado a su alrededor dentro de su anunciado “gobierno de reconciliación”.
CON HUMOR, PERO CON RESPETO
En su libro “El que con lobos anda”, Chávez critica con humor, pero con el debido respeto, las acciones equivocadas o desacertadas del gobierno de Pepe Lobo. En cada caricatura nos muestra esa visión jocosa de la forma en que nuestro presidente actúa. Hasta lo que llevamos de gobierno azul, Chávez aún no toma su pluma para salir en defensa del presidente Lobo, pero conociendo su capacidad de juicio, sabemos que no tendrá ningún reparo en hacerlo, cuando se llegue el momento, sin acercarse mucho, porque como bien es sabido, el que con lobos anda…
Bajo este incierto panorama, Pepe empieza a gobernar aislado del mundo y ante un pueblo totalmente polarizado, en medio de una pugna entre buenos y malos, de rojos contra blancos, de comunistas contra ultra derechistas, de ángeles contra demonios.
Era un lobo aullando en plena soledad, a espaldas de una comunidad internacional que aún no le reconocía como presidente constitucional. A través de las 170 caricaturas que conforman su obra, Chávez nos relata la dura situación del nuevo presidente, tocando cada puerta que le sea posible, sin encontrar respuesta a su llamado.
Bajo este clima adverso en lo político, diplomático y económico, el presidente empieza a ser agobiado por un grave problema de desempleo y unos índices de violencia que se agudizan gradualmente, sin contar en sus peores momentos con el apoyo de los empresarios ni del cuerpo policial, que en lugar de ayudarle a controlar la situación delincuencial, es salpicado por el crimen, el narcotráfico y es corroído por la corrupción.
Pepe vive entre los seguidores de Mel y los grupos de poder que acuerparon a Micheletti a dar el golpe, ante grupos de dominio económico que le ofrecen reiterada y descaradamente una piyama del mismo estilo con que el ex presidente Zelaya fue sacado del país.
En este laberinto sin aparente salida, Pepe se siente más aislado que nunca. Esta soledad es magistralmente plasmada en una caricatura en la que el gobernante se encuentra bajo la lluvia, en las afueras de la Organización de Estados Americanos, a la espera de ser reincorporado. En lugar de soplar para derribar las puertas, Pepe mejor piensa: “No soplaré, sólo esperaré a que me dejen pasar”.
Ese momento finalmente llegó. Honduras fue nuevamente incorporada a la OEA y a otros sistemas de integración regionales. Fortalecido con estos beneplácitos internacionales, Pepe se sintió más seguro y decidió que era momento de empezar a hacerse respetar. “No se engañen con mi sonrisa”, advirtió a sus detractores.
Aunque el 75% de la caricaturas de la obra son dedicadas a Pepe Lobo, Chávez también dedica algunas páginas a ciertos personajes que han estado a su alrededor dentro de su anunciado “gobierno de reconciliación”.
CON HUMOR, PERO CON RESPETO
En su libro “El que con lobos anda”, Chávez critica con humor, pero con el debido respeto, las acciones equivocadas o desacertadas del gobierno de Pepe Lobo. En cada caricatura nos muestra esa visión jocosa de la forma en que nuestro presidente actúa. Hasta lo que llevamos de gobierno azul, Chávez aún no toma su pluma para salir en defensa del presidente Lobo, pero conociendo su capacidad de juicio, sabemos que no tendrá ningún reparo en hacerlo, cuando se llegue el momento, sin acercarse mucho, porque como bien es sabido, el que con lobos anda…
El gobierno de Lobo no ha sido fácil. Eso refleja esta caricatura donde nuestro presidente aprovecha la coyuntura de un partido de fútbol para gobernar.
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Otros personajes de la sociedad hondureña, como Ramón Custodio, también se ven reflejados por la pluma de Chávez. FUENTE DIARIO TIEMPO
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