German Reyes
A pesar de las recomendaciones de los organismos defensores de los derechos humanos nacionales y extranjeros, el gobierno de Porfirio Lobo Sosa, discípulo de Roberto Micheletti, intensifica la represión en contra de los manifestantes que luchan en la defensa de sus conquistas sociales.
La represión alcanza niveles intolerables, porque además de violentar los derechos humanos de los manifestantes, los órganos represivos también reprimen a la prensa. Hasta hoy, son varios los periodistas de distintos medios alternativos y comerciales no alineados con la oligarquía, que han tenido que soportar humillaciones, impedimentos para realizar su trabajo y hasta ataques con gases lacrimógenos, dirigidos a impedir el registro de imágenes.
Ante esa situación se hace necesaria la intervención de los organismos internacionales a fin de garantizar medidas de protección para los periodistas que buscamos de manera digna informar a la población sobre difícil situación que atraviesa el pueblo hondureño, sobre todo, porque a la crisis educativa, también se une el reclamo de los trabajadores de la salud y de los pobladores que se oponen a la municipalización de los centros de salud y hospitales del país.
No debemos olvidar que también existen problemas por la intensión del gobierno de incrementar las cotizaciones del INJUPEM y de ampliar el techo para de 65 a 70 años el techo para que los empleados públicos puedan jubilarse. El Ejecutivo también tiene la obligación de aprobar un incremento al salario mínimo, que hasta hoy no se ven los resultados.
A esa situación también hay que sumarle la demanda de los campesinos por la aprobación de una ley que devuelva los beneficios que tenían en el decreto 18/2008 derogado por el Congreso Nacional. Ante ese panorama y la desidia del gobierno, se avizora un incremento de las acciones y por lo tanto, mayor represión contra los periodistas.
Aunque pertenecemos al Colegio de Periodistas de Honduras, no pedimos su intervención, porque jamás se ha interesado en proteger a sus afiliados.
A pesar de las recomendaciones de los organismos defensores de los derechos humanos nacionales y extranjeros, el gobierno de Porfirio Lobo Sosa, discípulo de Roberto Micheletti, intensifica la represión en contra de los manifestantes que luchan en la defensa de sus conquistas sociales.
La represión alcanza niveles intolerables, porque además de violentar los derechos humanos de los manifestantes, los órganos represivos también reprimen a la prensa. Hasta hoy, son varios los periodistas de distintos medios alternativos y comerciales no alineados con la oligarquía, que han tenido que soportar humillaciones, impedimentos para realizar su trabajo y hasta ataques con gases lacrimógenos, dirigidos a impedir el registro de imágenes.
Ante esa situación se hace necesaria la intervención de los organismos internacionales a fin de garantizar medidas de protección para los periodistas que buscamos de manera digna informar a la población sobre difícil situación que atraviesa el pueblo hondureño, sobre todo, porque a la crisis educativa, también se une el reclamo de los trabajadores de la salud y de los pobladores que se oponen a la municipalización de los centros de salud y hospitales del país.
No debemos olvidar que también existen problemas por la intensión del gobierno de incrementar las cotizaciones del INJUPEM y de ampliar el techo para de 65 a 70 años el techo para que los empleados públicos puedan jubilarse. El Ejecutivo también tiene la obligación de aprobar un incremento al salario mínimo, que hasta hoy no se ven los resultados.
A esa situación también hay que sumarle la demanda de los campesinos por la aprobación de una ley que devuelva los beneficios que tenían en el decreto 18/2008 derogado por el Congreso Nacional. Ante ese panorama y la desidia del gobierno, se avizora un incremento de las acciones y por lo tanto, mayor represión contra los periodistas.
Aunque pertenecemos al Colegio de Periodistas de Honduras, no pedimos su intervención, porque jamás se ha interesado en proteger a sus afiliados.
