
Sin oposición cree tener un cheque en blanco para mal vender Honduras y aniquilar las esperanzas de un futuro mejor para las mayorías desposeídas. Ley antiterrorista, golpe al Estatuto del Docente, venta de los recursos naturales, entrega de la soberanía nacional a través de las ciudades modelos, destrucción y posterior privatización de la Educación Pública, sangría del pueblo mediante aumentos brutales a los combustibles, en fin, Lobo Sosa implementa su plan neoliberal salvaje sin que absolutamente nadie pueda impedírselo.
Lo que pase con el Partido Liberal es problema de los melancólicos del bipartidismo oligárquico pro imperial, pero aquello que suceda en el seno del Frente Nacional de Resistencia Popular nos compete a todos los hondureños que vemos a éste como quizá, la última posibilidad de liberación real de Honduras y su pueblo.
La nula interpretación del momento político que Honduras vive después del golpe de Estado por parte de la conducción del Frente es a todas luces decepcionante. Ante esa realidad es un imperativo el surgimiento de verdaderos liderazgos alternativos en el FNRP. Liderazgos que en situaciones como las actuales, de lucha magisterial y estudiantil en defensa de la Educación Pública, no se invisibilice ni haga desaparecer sospechosamente al Frente del caldeado escenario político nacional. Un liderazgo que convierta al FNRP en la fuerza de oposición principal al régimen, le haga contrapeso político y lo obligue a negociar o dar marcha atrás, a cualquier política que atente contra los intereses de Honduras y de los hondureños. Es necesario un nuevo liderazgo que con sentido de la historia proyecte al FNRP como una alternativa de poder y que lo coloque como una opción de gobierno, trasladandoa toda la hondureñidad un proyecto político serio, realista, transformador y decambio, de construcción de la Patria que merecemos. Un liderazgo que concluya que solo el poder contrarresta al poder y que bajo esa premisa unifique al FNRP y lo potencie construyendo convergencia en la diversidad para catapultarlo como un factor de peso que políticamente le dispute la nación al poder oligárquico establecido.
No nació el FNRP para convertirse en plataforma de negociación de las migajas que la oligarquía brinda a los sindicatos, su rol histórico consiste en convertirse en una fuerza política amplia y plural cuyo fin es acceder o tomar el poder de Honduras para transformarla. Tampoco nació para sentarse en el diván a preguntarse si debe luchar por el poder o no, o si las condiciones actuales lo permiten o no, como que si las condiciones políticas fuesen un hada madrina que un día nos aparecerá y nos dirá“participen o luchen por el poder ahora que las condiciones por fin están dadas”. Una organización política acepta con realismo su contexto y crea tácticas y estrategias si entre sus planes esta alterarlo. Dirigente o miembro de la conducción que vea al FNRP como una sigla o comoun club de amigos para reunirse cuando se echen en falta,por responsabilidad patriótica y dignidad política bien podría dar un paso al costado.
Afortunadamente en el fragor de la arremetida, todavía queda el pueblo. Esa militancia del FNRP que sin lugar a dudas ha rebasado a la conducción y que entiende perfectamente que la política es lucha por el poder y que desde el 28 de junio del 2009 esa lucha se ha exacerbado en Honduras. Es el pueblo militante en el FNRP la garantía de la existencia presente y futura de éste y el garante del éxito de este proceso que con sus trancas y barrancas, ha cambiado ya por completo y de forma radical la historia política de este país. Un pueblo con conciencia, que bien sabe que la única arma que tiene para cambiar su infame realidad, no es otra, que el poder. digital